Sobre mí
Desde niña tuve que asumir numerosas responsabilidades y aprender a gestionarme.
A los 21 años, comencé a trabajar como enfermera y ya tenía vidas humanas a mi cargo. Más adelante, la de una hija.
Eso me fue convirtiendo en una mujer con gran autoexigencia, intransigente, muy meticulosa y volcada en dar lo mejor de mí a toda costa para obtener los máximos y mejores resultados. Con lo que terminaba en muchas ocasiones frustrada y, lo peor, convencida de que yo no era suficiente ni válida si esos resultados esperados no se producían.
Saber que estaba embarazada supuso un primer punto de inflexión: apareció una parte de mi desconocida que comenzó a cuestionar mis rígidos pilares de vida pero que, sorprendentemente, estaba más segura, motivada y equilibrada que nunca. Desde ese momento, comencé a notar que mi círculo afectivo cambiaba, aunque más bien la del cambio era yo.
Desde niña tuve que asumir numerosas responsabilidades y aprender a gestionarme.
A los 21 años, comencé a trabajar como enfermera y ya tenía vidas humanas a mi cargo. Más adelante, la de una hija.
Eso me fue convirtiendo en una mujer con gran autoexigencia, intransigente, muy meticulosa y volcada en dar lo mejor de mí a toda costa para obtener los máximos y mejores resultados. Con lo que terminaba en muchas ocasiones frustrada y, lo peor, convencida de que yo no era suficiente ni válida si esos resultados esperados no se producían.
Saber que estaba embarazada supuso un primer punto de inflexión: apareció una parte de mi desconocida que comenzó a cuestionar mis rígidos pilares de vida pero que, sorprendentemente, estaba más segura, motivada y equilibrada que nunca. Desde ese momento, comencé a notar que mi círculo afectivo cambiaba, aunque más bien la del cambio era yo.
Y tomé la decisión de separarme. Ese fue mi segundo punto de inflexión porque fue durante este difícil proceso cuando empezó la desafiante labor de mirar de frente lo peor de mí. Meses de altibajos, momentos de tremendo dolor, otros de reconfortante claridad, mantener un duro trabajo a turnos y la enorme responsabilidad de sostener emocionalmente a mi pequeña hija. Todo ello fue permitiendo que aquella parte de mi comenzara a mostrarse con menos miedo y se fuera asentando.
Y mientras atravesaba mi proceso personal, como enfermera empecé a ver más allá de lo que era la enfermedad, tal y como me enseñaron y aprendí. Percibía la existencia de un dolor más profundo dentro de aquellas personas que, postradas en una cama, no querían o no podían recuperarse.
Entonces llegó a mí la Terapia de Alto Rendimiento MindJung.
Me asombraba comprobar cómo, durante procesos cortos y muy efectivos, las personas liberaban traumas arrastrados durante años y daban un giro de 180 grados a su vida. Así que me propuse recibir este tipo de terapias y, paralelamente, formarme en las herramientas psicológicas más potentes que encontré.
Y ahí ocurrió el tercer punto de inflexión. Con un miedo atroz, salté al vacío y sin red, dejando aparcado el mundo hospitalario, para dedicarme de manera plena a ayudar emocionalmente a los demás.
Ahora, después de estos años, me siento más presente y auténtica que nunca. Me mantengo volcada en acompañar a mujeres que, como tú, asumen enormes responsabilidades, necesitan recuperar su identidad y su valía, y quieren establecerse de una vez por todas en ese lugar de autenticidad que quizás alguna vez llegaron a ocupar.
Y sigo trabajando en mí y en permanente aprendizaje pero, esta vez, gestionando mi vida desde mi poder personal.
Si yo he podido, te garantizo que tú también puedes.
Agenda tu llamada de valoración gratuita y comentemos juntas tu situación.
Ahora, después de estos años, me siento más presente y auténtica que nunca.
Me mantengo volcada en acompañar a mujeres que, como tú, asumen enormes responsabilidades, necesitan recuperar su identidad y su valía, y quieren establecerse de una vez por todas en ese lugar de autenticidad que quizás alguna vez llegaron a ocupar.
Y sigo trabajando en mí y en permanente aprendizaje pero, esta vez, gestionando mi vida desde mi poder personal.
Si yo he podido, te garantizo que tú también puedes.
Agenda tu llamada de valoración gratuita
y comentemos juntas tu situación.
Algunas curiosidades sobre mi, que no todo el mundo conoce 😉
- Canto desde chiquitita y he formado parte de varios grupos musicales de manera profesional.
- El yoga es mi filosofía de vida, lo practico a diario y me propongo retos físicos periódicos.
- Soy una de esas madres que van por la calle divirtiéndose y sus hij@s se avergüenzan.
- Mi asignatura pendiente son los idiomas. Me apasionan. Actualmente, estoy enfocada en el inglés.
- Cada vez que se cae algo, doy un gritito: creo que es “herencia” de madre.